Las competencias digitales

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Si bien no existe una definición unánimemente consensuada, las habilidades digitales se pueden entender como la capacidad de localizar, organizar, comprender, evaluar, crear y compartir información a través de la tecnología digital. Se trata, por tanto, de combinar un conocimiento de las herramientas informáticas y telemáticas con una adecuada comprensión de cómo se pueden usar.

El Ministerio de Educación español define la competencia digital como “aquella que implica el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, la empleabilidad, el aprendizaje, el uso del tiempo libre, la inclusión y participación en la sociedad”, para lo cual deben abordarse cinco áreas: “1) la información 2) la comunicación 3) la creación de contenidos 4) la seguridad y 5) la resolución de problemas.” Se trata, sin duda, de una definición ambiciosa, puesto que se pretende aplicar a prácticamente cualquier aspecto de la vida cotidiana, tanto familiar como laboral y, al mismo tiempo, debe abordar varios aspectos técnicos que, en si mismos, ya formarían cada uno de ellos un campo independiente de especialización.

El problema de la definición anterior es que, por ambiciosa, resulta tan genérica que no es posible diseñar, partiendo de ella, programas u objetivos de aprendizaje que permitan evaluar el nivel que una determinada persona alcanza en el desarrollo de la competencia. Deben, por tanto, usarse modelos más precisos que detallen qué se debe aprender y en que grado o nivel. El problema es que el grado en el que las tecnologías digitales se han introducido en nuestra vida cotidiana es tan elevado, que está cambiando radicalmente la forma en la que las personas acceden a la información, construyen conocimiento y toman decisiones. Es decir, aquello que se pretende definir y desarrollar influye de una manera tan fuerte en la vida de las personas que, para cuando se ha consensuado una definición y un conjunto de acciones, el panorama ha cambiado tanto que ya resultan obsoletas. Es por esta razón que se vuelven a valorar de forma muy importante en las carreras profesionales el dominio de las disciplinas básicas, competencias genéricas que permiten a las personas que las posean enfrentarse a cualquier situación o problema previamente desconocido: la capacidad de síntesis, el método científico, el razonamiento lógico, etc. Será a partir de estas competencias genéricas sobre las que se puedan construir aquellas más particulares necesarias en un momento dado para desempeñar una profesión concreta, incluyendo, por supuesto, el manejo de las herramientas digitales existentes.

Para desempeñar correctamente sus tareas, las personas tienen que procesar información compleja, pensar sistemáticamente y tomar decisiones balanceando los datos y evidencias que están a su disposición y, para ello, deben actualizar continuamente sus habilidades tecnológicas digitales. Partiendo de esta base, se han definido modelos que intentan desmenuzar la siempre compleja capacidad digital en elementos más sencillos y más susceptibles de ser aprendidos y practicados. Existen varios de estos modelos; por ejemplo, el que ha desarrollado el gobierno canadiense, denomiando BC’s Digital Literacy Framework; el Digital and información literacy (DIL) desarrollado por The Open University y el DIGCOMP (Digital Competence), adoptado por la Unión Europea. Recientemente, para superar las limitaciones prácticas que tienen todos estos modelos, el informe de la OCDE, Skills for a digital world, ha propuesto, sin que hasta la fecha existan desarrollos completos, especializar estos modelos en tres grandes ámbitos de actuación: a) el ámbito específico de los especialistas en tecnología digital, capaces de programar, desarrollar y gestionar aplicaciones telemáticas b) el ámbito genérico de las personas que deben ser capaces de emplear correctamente tecnologías digitales en sus trabajos y c) el ámbito complementario de los analistas de negocio, capaces de proponer nuevas soluciones funcionales y cambiar la manera en la que se ejecutan los trabajos, se organizan las tareas y equipos de trabajo y se presta valor a los clientes que terminarán pagando por ello.

La innovación comienza aquí analiza la importancia de las competencias digitales para una empresa en el capítulo 1: Adaptabilidad.

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¿Cuándo nos sustituirá un robot?

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En 2013 dos profesores de Oxford publicaron un documento en el que afirman que el 47% de los empleos en Estados Unidos tenían un alto riesgo de ser automatizados en los próximos 20 años. En el estudio se evalúan 702 ocupaciones profesionales, utilizando los datos del Departamento de Trabajo de EE.UU., y a cada una de ellas se le adjudica una probabilidad de automatización, calculada mediante un modelo construido con nueve variables. Las conclusiones dejan claro que los tradicionales trabajos de oficina están incluso más amenazados que los de manufactura. La amenaza sobre estos tipos de trabajo se debe, en gran parte, a la fácil disponibilidad y precios bajos de la capacidad de computación de la energía, así como el aumento de los algoritmos denominados “máquinas que aprenden”, los cuales recopilan y asimilan nueva información por su propia cuenta y criterio.

Las repercusiones de este trabajo fueron grandes. En varias ocasiones, los medios de comunicación masiva se limitaron a recoger sus conclusiones y adornarlas en forma de previsiones apocalípticas sobre el fin del trabajo y la sustitución de mano de obra humana por máquinas, algo que viene sucediendo de forma cíclica desde los inicios de la primera revolución industrial, sin que hasta la fecha ninguna de estas previsiones se haya visto cumplida. Sin embargo, aunque las máquinas y los algoritmos software tienen sus limitaciones; hoy sabemos que una adecuada combinación de equipos hombre-máquina, supervisándose y complementándose mutuamente, puede superar las limitaciones intrínsecas de ambos y multiplicar su productividad en la ejecución de un determinado conjunto de tareas, siendo así que los progresos en las áreas de robótica e inteligencia artificial han sido enormes en los últimos años. Hace 10 años apenas podíamos pensar en un vehículo autotripulado, que hoy es ya una posibilidad cada vez más cercana. En una línea similar, el debate no es si a futuro nos operará una persona o un robot, sino cuántos robots puede supervisar a la vez un médico cualificado, sin que se vea afectada la seguridad de sus pacientes y cómo este número va subiendo a medida que la tecnología mejora y se consolida. Por esta razón, pese a la gran dificultad que supone el contraste y desarrollo de modelos teóricos que soporten previsiones coherentes, el impacto de la automatización en el trabajo sigue de candente actualidad.

Por este motivo, la consultora de negocios Mckinsey, siguiendo en parte la metodología del estudio de 2013, evaluó (Harnessing automation for a future that works) en 2017 el impacto de las tecnologías consideradas comercialmente disponibles ya no sobre las profesiones, como en el estudio de 2013, sino sobre las tareas que deben ejecutarse para desempeñar éstas, derivando, así, en resultados más creíbles, puesto que la relación entre el desempeño alcanzado en una determinada tarea y la tecnología con la que ésta se ejecuta es más directa e intuitiva. Las conclusiones del trabajo son que, únicamente con las tecnologías actuales, se podría automatizar un 45% del trabajo por el cual se le paga a las personas y que un 60% de las ocupaciones son susceptibles de automatizar, como mínimo, un 30% de las tareas en las que se descomponen. El resumen ejecutivo de este estudio está disponible en español: Un futuro que funciona: automatización, empleo y productividad.

Estos estudios refuerzan la idea de que estamos de lleno en el comienzo de la revolución digital. La automatización es un proceso continuo, no se trata de si van a desaparecer profesiones como la de médico, abogado o contable, sino del cómo, en cada profesión, se puede combinar el trabajo de humanos y máquinas para obtener lo mejor de cada uno de ellos en la forma más productiva. Y esa combinación es también dinámica, varía a medida que lo hace la tecnología y se prueban nuevas formas de hacer y organizar el trabajo. En consecuencia, no sabemos con exactitud cuáles son, ni mucho menos, cuáles serán los límites a la automatización del trabajo. Por esta razón, se habla de la importancia que tiene en la actualidad la denominada “mentalidad digital”, es decir, la capacidad de las personas tanto para utilizar las herramientas digitales a su disposición como para desarrollar nuevas formas o nuevas herramientas con las que cambiar y mejorar la manera en la que se ejecutan y organizan las tareas que conforman un determinado producto o servicio.

La innovación comienza aquí analiza las consecuencias sociales de la automatización en el capítulo 4: Transformación digital.

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Automatización y el futuro del empleo

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Los economistas laborales llevan varios años alertando de las consecuencias que las nuevas tecnologías digitales tendrán sobre el empleo. El problema inminente no es que los robots aceleren la llegada del día en el que no exista la necesidad de trabajadores humanos, puesto que ese escenario aún sigue siendo especulativo. En su lugar, es más importante la transición de la economía ya en curso: los tipos de trabajos disponibles están cambiando rápidamente. Es hora ya de adoptar políticas educativas y laborales que aborden las dificultades de los trabajadores desplazados por la tecnología o de los que no son aptos para optar a nuevas oportunidades. La inteligencia artificial y la robótica pueden mejorar la economía y la calidad de vida, pero si no se desarrollan políticas adecuadas, los beneficios serán solo para unos pocos. (http://www.technologyreview.es/negocios/53189/el-ritmo-implacable-de-la-automatizacion-y-el/). En una línea parecida se ha pronunciado el Foro Económico Mundial de Davos en su reunión del año 2017: «comparte la riqueza que generas o sufre las consecuencias«.

Es importante recordar que no hay una escasez relevante de trabajo que sólo pueda ser realizado por los seres humanos. Y eso seguirá siendo cierto durante muchos años. El desafío al que enfrentamos hoy no es un «mundo sin trabajo» sino un mundo con un trabajo que cambia rápidamente. La respuesta no consiste simplemente en reemplazar los ingresos de los trabajadores desplazados por la tecnología, sino en prepararlos para hacer nuevos empleos que se necesitan desesperadamente en educación, atención sanitaria, infraestructura, limpieza ambiental, espíritu emprendedor, innovación, descubrimiento científico y muchas otras áreas. (http://sloanreview.mit.edu/article/how-to-thrive-and-survive-in-a-world-of-ai-disruption/).

La innovación comienza aquí analiza las consecuencias sociales de la automatización en el capítulo 4: Transformación digital.

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El impacto social y económico del fenómeno Industria 4.0

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Jornada coloquio: 21 de Febrero – Delegación Colegio Ingenieros Industriales de Galicia en A Coruña – Calle Alameda 30-32 8º – 19-30 horas.

Evento gratuito. Inscripción en: cingalc@icoiig.es

Existe mucha más capacidad para automatizar tareas y actividades de lo que comúnmente se piensa. La principal enseñanza de un muy reciente estudio de Mckinsey sobre las posibilidades de automatización que existen en distintos grupos de actividad económica, es que no existe una disyuntiva entre automatizar o no automatizar, sino que se trata de un continuo, en el cual el nivel de trabajo humano que se requiere para desempeñar una determinada tarea desciende continuamente a medida que avanza la tecnología disponible. En la jornada coloquio que celebraremos el próximo 21 de Febrero en la Delegación del Colegio de Ingenieros Industriales de Galicia en A Coruña analizaremos el impacto económico y social de estas tecnologías y las consecuencias que pueden acarrear hacia nuestras vidas y nuestros empleos.

El futuro laboral de nuestr@s hij@s

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La polarización del empleo en España

Continuando con el tema que más me preocupa en la actualidad, sobre el cual estoy intentado escribir mi próximo libro: el futuro del empleo y contando con la inestimable colaboración del ANPA del Colegio La Salle en Santiago,  impartiré una conferencia titulada «El futuro laboral de nuestr@s hij@s», el próximo día 8 de Febrero de 2017, a las 19:00 horas y en la sala de conferencias del Colegio La Salle, sita en Praza de San Xoán Bautista De La Salle, 1. La asistencia es libre y gratuita y sólo requiereapuntarse en el correo del ANPA: informacion@anpalasallesantiago.es Si lo deseas también puedes acudir acompañado/a de tus hijos/as mayores.

Una de las realidades que analizaremos es la denominada «polarización laboral», el hecho de que los empleos que se están creando lo son para empleos que demandan, bien altas cualificaciones y ofrecen altos salarios, bien bajas cualificaciones y, por tanto, ofrecen bajos salarios; mientras que los empleos de cualificaciones y retribuciones medias, pierden una gran parte del peso que han tenido en la distribución del empleo durante el siglo XX y que ha sido la base del crecimiento económico y de la creación del estado de bienestar. Estrechamente relacionada con la «polarización laboral» se encuentra «el gran desacoplamiento«, esto es, la separación creciente que se está produciendo en épocas recientes entre el crecimiento económico y el crecimiento del empleo, generándose altos niveles de desempleo o subempleo que conviven con importantes dificultades en las empresas para encontrar, atraer y retener el talento cualificado y digital que necesitan. Hablaremos, también, de que «estudiar compensa» y de «la paradoja del empleo», que resulta en que, si bien existen previsiones de creación de gran número de empleos en las áreas de ciencia y tecnología (STEM por sus siglas en inglés), el número de estudiantes cursando estos estudios disminuye de forma alarmante.

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Espero veros allí, saludaros en persona y desvirtualizar a alguno de mis fieles seguidores/as.

Un enfoque estratégico de la gestión energética

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Fuente: Healy, T.; Winstow, A. Energy Strategy for the C-Suite Harvard Business Review (2017): https://hbr.org/2017/01/energy-strategy-for-the-c-suite Traducción propia

Una de las ideas defendidas en el capítulo 5, Sostenibilidad, de La innovación comienza aquí, sobre la obligatoriedad de impulsar un cambio en las fuentes con las que cubrimos nuestras necesidades energéticas: «Durante los próximos 10-15 años, nuestra relación con la energía entrará en una nueva etapa, enmarcada por la cruda realidad del cambio climático provocado por las emisiones de carbono e impulsada por un aumento generalizado de la demanda de energía en todo el mundo. Nos guste o no, estemos preparados para ello o no, una emergente política de la energía va a remodelarlo todo: lo que consumimos, cómo vivimos, por qué trabajamos, y en última instancia, la condición de nuestro planeta.», se ha visto respaldada por un artículo publicado en el último número de la Harvard Business Review, titulado Energy Strategy for the C-Suite.

El artículo defiende que la gestión de la energía se puede convertir, al igual que ocurrió con la gestión de la calidad y, más tarde, con la gestión de las tecnoloigías de la información y las comunicaciones, en una necesidad estratégica, puesto que, a no tardar mucho tiempo, el consumo de fuentes no renovables se verá fuertemente penalizado, tanto en costes como en la confianza de los clientes y otras partes interesadas.

Sobre la incidencia de los costes:

«El coste de las tecnologías limpias está bajando sorprendentemente rápido. Los costes totales del desarrollo de la energía solar y eólica han caído un 74% y un 55%, respectivamente, en sólo cinco años. El coste de las bombillas LED se ha reducido un notable 94% en menos de una década. El coste de las baterías de almacenamiento, que eliminan la intermitencia, el reto clave restante de las energías renovables, también desciende de forma rápida.»

Y sobre la confianza de las partes interesadas:

«Hoy en día la energía está en la cúspide de las agendas corporativas, debido a las tendencias sociales, económicas y empresariales, tales como el cambio climático y la regulación mundial del carbono, el aumento de las presiones sobre los recursos naturales, el incremento de las expectativas sobre el desempeño ambiental de las empresas, las innovaciones en tecnologías energéticas y modelos de negocio y la caída de los precios de las energías renovables. Estas megatendencias cambian el contexto en el que operan las empresas y las enfrentan a nuevos riesgos y modelos para crear valor.»

La solar, camino de ser la energía más barata

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Paneles de energía solar

En el capítulo 5 de La innovación comienza aquí, dedicado a la sostenibilidad, anticipábamos importantes cambios en relación con el consumo y generación de energía: «Durante los próximos 10-15 años, nuestra relación con la energía entrará en una nueva etapa, enmarcada por la cruda realidad del cambio climático provocado por las emisiones de carbono e impulsada por un aumento generalizado de la demanda de energía en todo el mundo. Nos guste o no, estemos preparados para ello o no, una emergente política de la energía va a remodelarlo todo: lo que consumimos, cómo vivimos, por qué trabajamos, y en última instancia, la condición de nuestro planeta.»

En esta misma línea, son extraordinariamente bien recibidas las previsiones anunciadas por Naider en La solar, camino de ser la energía más barata: «La tecnología de las renovables es cada vez más madura y sus costes van en descenso. Desde 2009, el precio de la energía solar ha descendido un 62%, y según apunta Bloomberg, en 2025 la energía solar será más barata a nivel global que el uso del carbón. Un escenario favorable para la necesaria “descarbonización” del planeta, clave para evitar que el calentamiento global sobrepase los 2ºC.»

Pese a los obstáculos que las grandes compañías energéticas puedan desarrollar, el camino hacia una generación de energía totalmente renovable está trazado. Nuestro gran reto es que la transición se realice lo más rápido y de la forma menos traumática posible.

Imagen libre compartida bajo licencia Creative Commons en Wikimedia: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Energia-solar-energia-renovavel.jpg

 

¿Qué piensan las personas sobre la inteligencia artificial?

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Se publican en hbr.org: What Do People — Not Techies, Not Companies — Think About Artificial Intelligence? los principales resultados de una encuesta de opinión a 2.100 personas en USA, Reino Unido, Canadá, China y Brasil:

  • Un mayor número de personas perciben un impacto positivo de la inteligencia artificial que negativo (45% y 7%, respectivamente).
  • La forma de entender la inteligencia artificial varía entre las personas.
  • Sólo un 8% de las personas encuestadas piensan que la inteligencia artificial es ciencia ficción y que nunca llegará a materializarse.
  • La confianza en la inteligencia artificial depende de la experiencia y el conocimiento de cada persona.
  • Los consumidores se encuentran frecuentemente con aplicaciones o noticias relacionadas con la inteligencia artificial.
  • El límite hasta el cual las personas permitirían a la inteligencia artificial penetrar en sus vidas es elevado.
  • Sin duda alguna, la probabilidad de perder el empleo debido a la inteligencia artificial es la mayor preocupación entre las personas encuestadas.

A pesar de las apocalípticas predicciones que, en ocasiones, llegan de los medios de comunicación sobre la inteligencia artificial, la opinión general de las personas encuestadas es positiva, favorable y optimista. Un buen punto de partida.

La innovación comienza aquí trata la inteligencia artificial o computación cognitiva en las páginas 110-114 del capítulo 4: La transformación digital.

Imagen de dominio público disponible en pixabay.com

Mercado potencial para la realidad aumentada

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Para Goldman Sachs la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR) tienen potencial para convertirse en la próxima gran plataforma informática y tal y como sucedió con el PC y el smartphone, crear nuevos mercados que sustituyan a los existentes. Hay suficientes ejemplos de cómo la realidad virtual y la realidad aumentada pueden cambiar las formas existentes de hacer las cosas, desde comprar una casa nueva, interactuar con un doctor o ver un partido de fútbol. A medida que la tecnología avanza, los precios bajan y un mercado de aplicaciones completamente nuevo (tanto para negocios como para consumidores) llega al mercado, la  VR/AR tiene potencial para generar una industria multimillonaria, que posiblemente sea tan cambiante como la del PC.

En el informe VIRTUAL & AUGMENTED REALITY: THE NEXT BIG COMPUTING PLATFORM? se muestra en lo que podría convertirse la VR/AR, los casos de uso en evolución, las posibles disrupciones en los mercados y los retos para pasar de la ciencia ficción a la adopción generalizada. Tanto la realidad virtual (que sumerge al usuario en un mundo virtual) como la realidad aumentada (que superpone información digital con el mundo físico) conforman una tendencia hacia la adopción de dispositivos montados en la cabeza que puede significar una nueva forma de conexión e interacción informática.

El informe identifica los videojuegos como el primer sector de gran impacto, a los que seguirán inmobiliaria, comercio y sanidad. Desde el punto de vista económico, se estima que, por ejemplo, en el sector sanitario se generará un sector de 5.100 millones de dólares en el año 2025, con un total de 3,4 millones de usuarios, con aplicaciones fundamentalmente centradas en la monitorización de pacientes. Por contra, en la educación se espera un desarrollo más lento, alcanzando 15 millones de usuarios para un valor total estimado de 700 millones de dólares, también previstos para el año 2025.

La innovación comienza aquí trata sobre la realidad virtual y aumentada en las páginas 102-103 del capítulo 3: La digitalización imparable.

¿Cómo afecta Industria 4.0 a mi empresa?

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Nivel de digitalización de las empresas industriales. Fuente: PWC 2016 Global Industry 4.0 Survey

El próximo jueves 17 de Noviembre, de 16:30 a 20:30 horas y en las instalaciones del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Santiago de Compostela, sitas en la calle Ramón Piñeiro, nº 23 impartiré un seminario titulado ¿Cómo afecta Industria 4.0 a mi empresa?

Dada su corta duración, se trata de un seminario introductorio y generalista, no técnico y enfocado a las perspectivas económica y estratégica. Sin embargo, no se debe olvidar que para poder tomar decisiones empresariales adecuadas sobre la estructura y recursos a dedicar a la digitalización integral de la empresa, que es de lo que trata la Industria 4.0, es necesario conocer las repercusiones tecnológicas que tienen las distintas opciones existentes y poder, así, evaluar el impacto económico que cada una de ellas podría tener sobre ingresos y costes.

Por ello, en primer lugar analizaremos las tecnologías que soportan Industria 4.0, sus previsibles evoluciones a futuro y las implicaciones estratégicas que podrían tener sobre clientes, productos y sectores, todo acompañado de pequeñas explicaciones técnicas, que permitan evaluar el tipo de conocimiento y competencias que un desarrollo basado en dichas tecnologías podría precisar.

Dedicaremos un segundo bloque a analizar el impacto social y económico de Industria 4.0 en tres dimensiones: a nivel macroeconómico, a nivel sectorial y a nivel individual.

Por último, proporcionaremos los elementos necesarios para que cada uno de los asistentes pueda diagnosticar la situación de su empresa en relación con la digitalización y plantear un plan de acción consecuente.

Destacar también que, tal y como procuro hacer en todos mis cursos, se proporcionará una relación clasificada de las fuentes de información más relevantes a nivel internacional.