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Fuente: Healy, T.; Winstow, A. Energy Strategy for the C-Suite Harvard Business Review (2017): https://hbr.org/2017/01/energy-strategy-for-the-c-suite Traducción propia

Una de las ideas defendidas en el capítulo 5, Sostenibilidad, de La innovación comienza aquí, sobre la obligatoriedad de impulsar un cambio en las fuentes con las que cubrimos nuestras necesidades energéticas: «Durante los próximos 10-15 años, nuestra relación con la energía entrará en una nueva etapa, enmarcada por la cruda realidad del cambio climático provocado por las emisiones de carbono e impulsada por un aumento generalizado de la demanda de energía en todo el mundo. Nos guste o no, estemos preparados para ello o no, una emergente política de la energía va a remodelarlo todo: lo que consumimos, cómo vivimos, por qué trabajamos, y en última instancia, la condición de nuestro planeta.», se ha visto respaldada por un artículo publicado en el último número de la Harvard Business Review, titulado Energy Strategy for the C-Suite.

El artículo defiende que la gestión de la energía se puede convertir, al igual que ocurrió con la gestión de la calidad y, más tarde, con la gestión de las tecnoloigías de la información y las comunicaciones, en una necesidad estratégica, puesto que, a no tardar mucho tiempo, el consumo de fuentes no renovables se verá fuertemente penalizado, tanto en costes como en la confianza de los clientes y otras partes interesadas.

Sobre la incidencia de los costes:

«El coste de las tecnologías limpias está bajando sorprendentemente rápido. Los costes totales del desarrollo de la energía solar y eólica han caído un 74% y un 55%, respectivamente, en sólo cinco años. El coste de las bombillas LED se ha reducido un notable 94% en menos de una década. El coste de las baterías de almacenamiento, que eliminan la intermitencia, el reto clave restante de las energías renovables, también desciende de forma rápida.»

Y sobre la confianza de las partes interesadas:

«Hoy en día la energía está en la cúspide de las agendas corporativas, debido a las tendencias sociales, económicas y empresariales, tales como el cambio climático y la regulación mundial del carbono, el aumento de las presiones sobre los recursos naturales, el incremento de las expectativas sobre el desempeño ambiental de las empresas, las innovaciones en tecnologías energéticas y modelos de negocio y la caída de los precios de las energías renovables. Estas megatendencias cambian el contexto en el que operan las empresas y las enfrentan a nuevos riesgos y modelos para crear valor.»